domingo, 1 de septiembre de 2024

CONTRABAJISTA PEDRO COSTA





El Eco del comercio. 8/11/1849, n.º 22




Noticia recogida en la publicación de 1849 ,el Eco del Comecio.




La ópera en Sevilla a lo largo del siglo XIX, y en concreto a partir de 1850 mantuvo una actividad intensa, superando crisis que prueban su importancia en la vida musical.

Se contrató a varias compañías, una en comienzo en otoño y otra en primavera, por ejemplo. 512 María Isabel Osuna Lucena.

El principal teatro de Sevilla es el de San Fernando, dedicado a la ópera esencialmente. Se cuenta con otros locales de espectáculos, pero éste se distingue tanto por su programación como por el público que lo sostiene, más aristocrático que el asiduo a las representaciones de zarzuelas, y que ve en ello además una forma de relación social.

No estaba destinado a un espectáculo de masas, pero tampoco de una avanzada cultural, y por tanto de élites intelectuales. Mientras la zarzuela se puede ver como una producción para el consumo, la ópera recurre a estilos consolidados, dentro de gustos muy definidos.  

Hubo una clara preferencia por la ópera italiana, acompañada de algunas francesas, el público sevillano se decantó por obras de líneas melódicas más claras, más cantables, fáciles al oído, como son las de Verdi, Donizzetti, Bellini, Meyerbeer, Auber  no poniéndose en escena óperas de Wagner ni de compositores del clasicismo. 

Las de más éxito serían, dentro de la producción verdiana, Rigoletto (que llega a Sevilla sólo dos años después de su estreno), Nabucco, Hernani, Luisa Miller, Macbeth, I Lombardi, y Stiffelio, ópera que se representó en muy pocos lugares, y que en España sólo se vio en Barcelona y Sevilla hasta fecha reciente (Madrid, 1995). De Donizetti destacarían Lucia di Lammermoor, María de Rohan, Los Mártires, La Favorita, Linda de Chamounix, y muy especialmente Lucrecia Borgia, una de las más repetidas. Norma de Bellini se interpreta completa en el San Fernando, pero también en selecciones de conciertos o funciones especiales, y del mismo autor se verían también I Puritani y La Sonámbula. Rossini, muy admirado entonces, está curiosamente más presente en los conciertos o actuaciones callejeras que en la escena.

La influencia del italianismo marcó tanto, que los cantantes adoptaron nombres
italianizados, aun siendo españoles. Es el caso de figuras como Landi, Rossi-Caccia, Prattico, Bianchi, Volpini, Peruzzi, etc. Como testimonio de la profunda admiración que sentían por los más destacados de estos artistas, se les rendían sentidos homenajes en funciones especiales. Aunque la prensa local no refleja muchas noticias del exterior, sí hemos encontrado referencias a estrenos, representaciones o compañías que actúan en Cádiz o Madrid, avalando así su venida.

 La empresa que se hacía cargo del San Fernando durante las temporadas de ópera, sufría en ocasiones reveses económicos que hacían peligrar el espectáculo, llegando incluso a cerrarse el teatro
temporalmente. 

El periódico se hacía eco inmediatamente de estas dificultades, reclamando la reposición de óperas de éxito, donde se acababa resolviendo. 
Este medio de comunicación atribuía como una de las causas de la crisis, la La Música en Sevilla durante 1850-1860 513 escasa asistencia de público, por ser éste tan selecto y no dar cabida a las masas populares. Lo que sí se podía comprobar es la asistencia más numerosa a las funciones especiales a beneficio de algún miembro de la compañía. El punto más débil, y que no se corregía, era la pobreza escenográfica, tema muy criticado también en la prensa. 

En este articulo nos muestra la importacia de la contratación para la seccion de contrabajo  del reconocido contrabajista de aquella época en España Pedro Costa.