El Contrabajo y la Sardana: Una Historia de Tradición y Técnica Musical.
Desde la edad media, la danza ha sido una parte integral de la cultura catalana, como el resto otras regiones, siente una forma de comunicación y celebración compartida a las fiestas mayores de todos los pueblos, hay que tener en cuenta que la sardana era la danza de la clase obrera, dado que las clases altas bailaban el vals.
En la Pobla de Cérvoles la sardana, es uno una danza que se baila desde hace más de setenta años. Esta danza emblemática y desconocida en su origen en Cataluña, ha evolucionado a lo largo del tiempo, gracias a figuras como José María Ventura Casas, conocido como Pep Ventura, quien redefinió y modernizó esta danza en el siglo XIX.
Pep Ventura nacido a Jaén, pero profundamente vinculado a Cataluña, consolidó la estructura musical de la sardana. No solo modernizó la danza, sino que también amplió su forma, creando la "sardana larga", con la incorporación de nuevos instrumentos a la copla, donde aparece el protagonista de este artículo " la verra " o conocido convencionalmente como contrabajo.
En las primeras formaciones de copla, la función del contrabajo era básica, generalmente centrada en el acompañamiento rítmico y armónico, reforzando las líneas graves de la música. En aquella época, la copla tenía una estructura más simple, y el contrabajo, junto con instrumentos como el flabiol y el tamboril, creaba una base rítmica fundamental.
A finales del siglo XIX y principios del XX, la copla, empezó a evolucionar hacia una estructura más compleja, introduciéndose nuevos instrumentos, como la tible, la tenora y lo fiscorn, y el contrabajo donde asumió un papel más destacado. A partir de aquel momento, su función fue no solo marcar el ritmo, sino también aportar una mayor profundidad al sonido y a la melodía.
El contrabajo generalmente tiene cuatro cuerdas, pero en la sardana y en la música tradicional siempre se ha utilizado el de tres cuerdas, afinadas en la, re y sol.
La técnica utilizada en la interpretación del contrabajo dentro de la copla también es peculiar. El músico tiene que tocar de manera precisa, con notas cortas y muy separadas, para mantener el ritmo característico de la sardana, que generalmente se escribe en compases binarios (2/4 o 6/8).
Cómo se toca en espacios abiertos, es muy importante obtener la proyección más grande posible del sonido y el contrabajo lo consigue gracias al arco y las cuerdas de tripa.
Sin el arco, el sonido se quedaría con la opción de pizzicato que se toca con los dedos y el sonido quedaría más apagado y con poca proyección. El arco hace que el instrumento se sienta más lejano claro y bonito . El instrumento reproduce las órdenes del arco, liga las notas, y sostiene lo legato, a la vegada también remarca las notas que son destacadas a la melodía y las que son salteadas.
Respeto las características del arco, junto con los diferentes tipos, estilos como los elementos que lo componen, son muy variados, y para entender mejor su importancia, mejor abordarlos en otro artículo.
Históricamente, las cuerdas de tripa, fabricadas a mano con intestino de oveja, han sido preferidas sobre las cuerdas de metal. En Vic, en la comarca de Osona, existían numerosos talleres dedicados en la manufactura de cuerdas de Tripa, como la ciudad de Barcelona.
Estas cuerdas de tripa son más suaves al tacto, y producen un sonido más cálido y grave, lo cual es ideal para interpretaciones al aire libre, donde su resonancia es más efectiva aunque son más sensibles a los cambios de temperatura y humedad.
Es cierto que las cuerdas de metal han aportado una mayor flexibilidad, estabilización en la afinación y durabilidad al instrumento, pero muchos músicos de sardana y otros géneros como el jazz y lo bluegrass continúen prefiriendo las cuerdas de tripa por su tono característico.
El contrabajo ha experimentado una evolución técnica, constructiva de materiales, diseño del arco y en la forma de interpretarlo, donde su presencia dentro de la copla es siempre notable, tanto por su imponente medida como por su sonido profundo, que proporciona estabilidad y estructura a todo el conjunto musical.
La música de la sardana moderna, también se mantiene viva, evolucionando hacia nuevos horizontes más intrincados y plenos de riqueza, todo esto contribuye al hecho que la sardana, como música y danza, sea una fusión única de personas y sonidos con un carácter identitario único y singular donde el contrabajo comparte entre el antiguo y el moderno, una nueva época.