domingo, 22 de enero de 2023

EL CONTRABAJO VIENÉS



En el siglo XVIII, Viena, la capital de Austria, se convirtió en un importante centro para la fabricación de instrumentos de cuerda, incluido el contrabajo. Durante este período, se desarrollaron y perfeccionaron diferentes estilos y diseños de contrabajos en la región de Viena.

Los contrabajos fabricados en Viena en el siglo XVIII a menudo presentaban características distintivas que los diferenciaban de los contrabajos fabricados en otras partes de Europa. Algunos de estos rasgos incluían:

Forma y tamaño: Los contrabajos vieneses del siglo XVIII tenían una forma ligeramente diferente a la de otros contrabajos contemporáneos. Generalmente tenían una parte superior más ancha y plana, y una parte inferior más estrecha y redondeada, lo que les daba una apariencia distintiva en forma de pera.



Construcción y materiales: Los constructores de contrabajos vieneses empleaban técnicas de construcción tradicionales y utilizaban maderas de alta calidad, como el abeto para la tapa armónica y el arce para el fondo y los costados. Estos materiales contribuían a lograr un sonido cálido y resonante.

Tamaño de escala: Los contrabajos vieneses del siglo XVIII solían tener una escala más corta en comparación con los contrabajos modernos, lo que les daba un carácter distintivo en cuanto a su sonoridad y ejecución.

Estilo decorativo: Los contrabajos vieneses a menudo estaban bellamente decorados con incrustaciones, tallados y elementos ornamentales. Estos detalles decorativos reflejaban la artesanía y la estética de la época.

Algunos de los luthiers más destacados en Viena durante el siglo XVIII fueron los miembros de la familia Stadlmann, así como Matthias Kloz, Andreas Ferdinand Mayr, Johann Georg Thir y Johann Georg Leidolff, entre otros. Sus instrumentos eran apreciados por su calidad tonal y artesanía.

En los siglos XVIII y XIX, los contrabajos fabricados en Viena tenían formas y características distintivas que les otorgaban una calidad de sonido excepcional.